A menudo hay trabajos tediosos que se nos hacen eternos, pero bien planificadas pueden convertirse en jornadas distraídas y ágiles. Como dice el dicho, para muestra un botón.

Figura 1

Supongamos que tenemos el encargo de comprobar una serie de puntos dispersos por un área entre 50 y 80 ha y separados entre sí unos 100 metros aproximadamente. Entre ellos, sólo los cercanos a las vías principales se podrán acceder en coche, mientras que el resto, los encontraremos siempre con las piernas como medio de locomoción. (Figura 1)

La primera opción sería hacer un barrido este-oeste o norte-sur, ahora bien, vemos que no se trata de un terreno plano y que el fuerte desnivel en algunas zonas hará que nos cansemos en exceso. Iremos demasiado lento y el trabajo se nos hará eterno, cuando lo que nos proponemos es desplazarnos de manera rápida y ágil. Es importante pues, un buen diseño de la ruta a seguir.

Figura 2

Como se observa en la figura 2, hemos pasado un buen rato estudiando los posibles recorridos, como si se tratara de una Rogaine, en que se da un tiempo a los participantes para preparar el recorrido óptimo y donde lo más importante no es la velocidad sino la seguridad en la elección del trazado que nos llevará a pasar por el máximo de hitos, que en este caso deberán ser todos. De ahí las rutas marcadas con rotulador verde, agrupando los puntos por sectores, más cercanos o fáciles de acceder, ya sea condicionados por su topografía, desnivel o acceso con vehículo.

Figura 3

En la figura 3 vemos el track resultante de una jornada de 4 horas en que hemos recorrido 12 km y unos 200 metros de desnivel, donde las líneas rectas unen los desplazamientos que hemos hecho con vehículo para iniciar cada una de las zonas con rutas prediseñadas, mientras que el resto de las líneas representan los recorridos grabados que con mayor o menor medida deberán parecerse a los propuestos.

Figura 4

Ya sabemos que no estamos hablando de una carrera de orientación y destacamos algunas diferencias, como en este caso somos el único participante y que como ya hemos dicho, tenemos que pasar por todos los puntos. Importante, a las carreras de orientación las balizas son de colores llamativos y van acompañadas de una descripción, pero nosotros nos hemos encontrado con la primavera avanzada y la vegetación ha camuflado los hitos que tenemos que encontrar. (Figura 4).

Figura 5

Y como se trata de trabajo, no vamos tan ligeros como quisiéramos, pero para compensar disponemos de un GPS de doble frecuencia que trabaja conectado con radio-enlace obteniendo una precisión sub-centimétrica que nos guiará hasta localizar los hitos por muy escondidas que estén.

Y ya hemos terminado la jornada, con todos los puntos leídos, habiendo hecho el ejercicio de una buena planificación del recorrido fruto de lectura del terreno y de un trabajo previo que ha resultado ser de gran ayuda para un trabajo de campo eficiente, a la vez que ágil y distraída. No hay medalla, volvemos al despacho.